Mariano Morales, al abrigo
Mariano Morales, al abrigo
Mariano Morales (1942-2008), natural de Buberos (Soria) pero sastaguino de corazón, es recordado con cariño por todo aquel que lo conoció. Su familia se mudó a Escatrón y terminó por asentarse en Sástago. El padre de Mariano murió joven y su madre se quedó minusválida. Su vida es un ejemplo de sacrificio y superación: a los 19 años perdió los dedos de ambas manos en un accidente laboral, en la carpintería metálica de sus primos. Pero eso no le impidió sacar a una familia adelante, siendo el único varón, y continuar una exigente labor artesanal hasta sus últimos años de vida. Mariano montaba y vendía sus propios muebles. De calidad artesana, hoy día todavía se conservan ítems del negocio familiar. Entre sus aficiones, el arte, la caza y la natación. Su pasión por este deporte lo llevó a patrocinar los campeonatos que se realizaban en las fiestas de Sástago, con el premio Muebles Morales (Mariano Morales tras su fallecimiento en enero de 2008).
Su hijo Josué Morales (1971) lo recuerda con orgullo: “Mi padre era un líder, y como buen líder, era generoso. Como persona a la que le gusta liderar, era filántropo. Muchas veces dejaba de ganar dinero para dar un buen servicio y mantener una amistad más allá de la clientela. Pretendía querer y ser querido”. Josué Morales es decano del Colegio de Profesores de Dibujo de Aragón. Él admiraba la creatividad de su padre, que le fue transmitida al igual que el resto de sus intereses y ambiciones. Así como su padre diseñó y fabricó muebles durante décadas solamente con pulgares, Josué persiguió la natación olímpica tras ser diagnosticado con asma.
Daniel Morales (1972), también hijo de Mariano, es profesor de Educación Física. Mientras Josué aspiraba a una formación artística, Daniel continuó el interés deportivo de su padre en sus estudios. Ha trabajado junto a Manuel Iguacel (1957), también profesor y fundador de ESMAS Gestión Deportiva. Manuel organizó todos los torneos de natación de Sástago hasta su interrupción, y recuerda que Mariano insistía en celebrar los Premios durante las Fiestas Mayores de Sástago, normalmente un día tras la mojadina y la procesión de la Virgen de Montler, por lo que había que empujar a muchos nadadores a participar. Iguacel agradece y tiene muy presente en la organización la colaboración de amigos como Jesús Minguillón, Carlos y Noelia Ferruz, Fernando Benito y Pedro Miguel.
Daniel Morales, en conversación con Manuel Iguacel, recuerda efusivamente los mejores años de los premios. “Hubo una época en que participaban todos. Toda la cuadrilla de mi padre, hasta los sesenta años. Estaban pletóricos. No solo arrastraban a su familia, sino a muchas más”. Manuel, sin menospreciar los premios, rememora “las meriendas que pagaba Mariano”, a las que también acudían los mejores nadadores del Stadium Venecia. “Por Sástago, Mariano se ha entregado al máximo. Era una persona que se hacía querer, ayudaba a todo el mundo. Era muy buena persona”.
Al principio, los premios Muebles Morales se daban también en el Stadium Venecia con un componente federado, pero debido a su nula rentabilidad (entre otros factores) el patrocinio terminó dedicándose exclusivamente a Sástago. Mariano Morales se empeñó en que cada premio fuera una escultura dedicada a un punto de interés histórico y cultural del municipio. Tras honrar la Ermita de la Virgen de Montler, el Castillo de la Palma, el puente de Sástago y otros, Mariano Morales expandió sus musas, con trofeos como un busto de Francisco de Goya. Estos galardones también suponen un símbolo identitario y de agradecimiento al pueblo, así lo asegura Josué. “Es muy difícil encontrar una casa en Sástago en donde no haya una escultura de mi padre”. Mariano formaba parte de todo el proceso creativo, desde el boceto hasta la entrega del premio, y en cuanto terminaba uno ya estaba pensando en el siguiente.
Morales Mobiliario, el negocio ubicado en la Calle de Fray Julián Garcés, pasó una etapa difícil a inicios de los años 90, cuando los Morales herederos comenzaron sus carreras universitarias. La pérdida del valor artesano se debe a la bajada de los niveles de calidad, a la industrialización masiva, a la obsolescencia programada… Josué Morales habla de involución antropológica, y lamenta que se haya perdido la labor del ebanista y solucionador mobiliario en favor de la producción y venta en masa de las “mesas lack”. “El sector del mueble sufrió un cáncer. El mismo cáncer afectó a mi padre y le impidió celebrar el veinticinco aniversario de su trofeo”. Morales Mobiliario cerró a inicios de los 2000.
En agosto de 2007, Mariano, recién jubilado, se dirigía a Soria en temporada de media veda, como de costumbre, para la caza de codorniz. Un dolor en un hombro le impidió levantar la escopeta. Se le diagnosticó un cáncer neuroendocrino. Josué lo recuerda afligido: “En seis meses se fue. Hice el esfuerzo de llevarlo a Houston, de intentar comprarle vida, pero no hubo manera. No se puede comprar vida”. Un año después del fallecimiento de Mariano Morales, el 3 de enero de 2009, Josué organizó un concierto en el Monasterio de Rueda. La agrupación La Ritirata puso el broche de oro en un bonito homenaje con música y poesía. Hubo intención de continuarlo anualmente, pero finalmente no fue posible. Sin embargo, sí se prolongaron los premios en su memoria.
Josué regaló al Ayuntamiento de Sástago su escultura “Al abrigo”, un busto de mármol en forma de venus perigordiense, como agradecimiento por bautizar las piscinas con el nombre de su padre. “Él se sentía al abrigo en Sástago. Ese sentimiento lo compaginaba con el arte cinegético, adoraba ir con su cuadrilla a cazar a los montes de Sástago. La caza era la religión de mi padre”. Josué también destaca la inestimable ayuda de Dionisio Liso en la solicitud del nombramiento y consecuente placa dedicada a Mariano, que hoy puede apreciarse en las piscinas.
Los premios a la natación de Mariano Morales fueron de los más longevos que se pueden recordar en esta disciplina a nivel nacional. Desde 1983 hasta más allá de su muerte, gracias al interés de sus hijos y al compañero y patrocinador Manuel Iguacel, se han otorgado hasta treinta y ocho trofeos al campeón del torneo de natación de Sástago. Daniel Morales y Manuel Iguacel sienten que las nuevas generaciones se han olvidado de Mariano Morales y sus contribuciones a Sástago. Manuel publicitó los torneos con carteles en el Bar Canteras del barrio Torrero-La Paz, y los últimos trofeos los encargaba en Trofeos Martínez, uno con la cara de Mariano “porque la gente ya no sabía quién era”. Los premios se descontinuaron con motivo de la pandemia del COVID-19, algo que Josué lamenta profundamente. Se consideró incluso adaptar el trofeo a los tiempos post confinamiento, telemática y virtualmente, pero se quedó en un proyecto sin patrocinio. Josué vuelve a sentir la nostalgia que respiraba cuando empezó la universidad y el negocio familiar vio su final, esta vez con el ocaso de los premios.
Con todo, Josué espera poder rescatar los Premios Mariano Morales en el futuro y así preservar el legado de su padre en Sástago. En sus palabras, Mariano nos estrecharía una mano en agradecimiento, una mano que se sentiría completa.
En memoria de Mariano Morales.